Ir al contenido principal

"Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo." Marie von Ebner-Eschenbach

Un día mi corazón se convirtió en reloj, sus manillas sonaban decididas, acompasadas, certeras.

Había horas oscuras y, mi reloj se paraba. Dormida en otra hora, vivía en otro momento como si fuera el presente, sin reparar en que ese tiempo era simplemente pasado; relacionándome con personas que ya no existían, con situaciones caducadas, vivenciando una y otra vez horas de duelo, de angustia. 

Cuanto más tarde me hacía consciente de que el reloj se había parado más me costaba darle cuerda, incorporarme a la hora verdadera era un esfuerzo heroico.
Como si me hundiera en arenas movedizas, cuanto más trataba de moverme más me atrapaba... parecía que cuanto menos me resistía mas "rápido" pasaba, por lo que elegí someterme a los caprichos de estas pausas.
A veces el paro era violento, abrupto, demoledor. Otras la aguja perdía velocidad lentamente hasta detenerse. Otras yo misma era quien con alevosía las detenía, camuflando la acción bajo la apariencia de una fuerza que emergía de mis profundidades.

Bloqueaba el flujo del tiempo intentado convencerme de que lo que pasó es lo que pasaría, que no había nada mejor esperando, ninguna otra opción a mi alcance... La oscuridad permanecía, silenciosa, llana, fría. Sola. Ausente en el tiempo que era, parada en el tiempo que fue. Era el mismo silencio el que me impedía escuchar que el problema era que las manillas no estaban girando, ese silencio seco que aturdía mi mente haciendo que no oyese nada más.

Cuando nunca olvidas que tienes a tu alcance la manilla para impulsar el giro eres capaz de hacer que no pare nunca, manteniendo la atención, estando a la escucha, poniendo los cinco sentidos en cada hora. Soltando los momentos que preceden el ahora. Viviendo despierto, sin las cargas de un pasado que fue y que no volverá. La manilla ya pasó por esas horas. Pero esta es nueva, y es nuestra gran oportunidad.

"No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él."
Paul Claudel

Comentarios

Entradas populares de este blog

"La mariposa recordará siempre que fue  gusano" Mario Benedetti Una de las primeras trampas en las que podemos caer durante el proceso de evolución personal es en la de creernos en disposición de predicar,intentar ejemplificar,o dar consejos u opiniones trascendentales a los que nos rodean (y que generalmente nadie habrá pedido) . Creo que ninguno de los grandes Maestros siguió esa filosofía. En mi opinión esta actitud sólo denota que tu ego , la imagen que quieres proyectar al mundo de tí, te está jugando una mala pasada. Si te dejas llevar por ese impulso de evangelizar todo aquello que tocas seguramente terminen tachándote de pretencioso, pedante o en el peor de los casos de insoportable. Si necesitas que los demás te vean grande, quizá haya algo dentro de tí que se sienta pequeño .  Por mucho que hayas evolucionado a lo largo del camino, recuerda siempre que hubo un momento en el que estuviste en el punto de partida,  puedes haber recorrido un largo trecho o no t

"Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo." Kung FuTse, Confucio

Creo en el perdón. Soy capaz de dar mi perdón, de olvidar tremendas heridas, de afrontar y cargar con traumas de los que me responsabilizo como única dueña; puedo trabajarlos, transmutarlos, liberarlos. En definitiva he aprendido a limpiar, coser y mimar mis heridas, sé amar mis cicatrices y contar serena sus historias, sabiendo que yo soy la que soy a través de ellas. No culpo, no señalo,y no cargo contra nadie pues tengo la certeza de que todo lo que me ha sucedido a lo largo de los años, fue elegido por mí misma y siempre, siempre, siempre, protegida ( y por esto doy gracias ) porque a veces estuve en el filo de abismos oscuros y fríos a punto de ser alcanzada por garras negras, cuando una fuerza invisible sopló para desplegar mis alas e hizo que encontrara la forma de volar.   "El perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la aplastó." Mark Twain Pero, ¿y cuándo el perdón es entendido como inmunidad? Perdonar a quien cada día te hunde

"Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza."

Porque a veces es importante que reflexionemos sobre si nuestras decisiones son auténticas o están condicionadas, bien por algo externo, bien por nosotros mismos. Decidir desde el corazón, no desde la mente. Sin ruido, sin interferencias. A veces es difícil sumergirnos en nuestras profundidades, a veces los egos gritan demasiado fuerte, tan fuerte que parecemos incapaces de traspasarlos. Puede que ese sonido, esas voces desordenadas, llenas de rabia, furiosas, nos aturdan de tal forma que podamos perder la dirección en el camino. Puede que alguien nos haya dañado, alguien a quien amemos profundamente, con todo nuestro corazón, siendo plenamente conscientes del amor que sentimos por esta persona; y puede que después haya pasado esa situación de fractura, dolor, nos sintamos lejos, incapaces de abrirnos al reencuentro, aunque sea nuestro mayor anhelo. En principio parece una contradicción haber deseado el encuentro con todas nuestras ganas y una vez se brinda nos encontremos