La envidia, una de las enfermedades más terribles que puede sufrir el alma.
Envidiar a alguien es síntoma de no ser capaz de ver tu propia grandeza, no poder valorar en tí lo que te define como único,los detalles que más pueden hacerte disfrutar de tí mismo. Intentar capturar de los demás esas cosas que queremos para nosotros, intentando arrancarlas y esconderlas,secuestrándolas...creándo la falsa sensación de que eso también es nuestro.
Todos reflejamos aquello que vemos. Por eso puede que si envidias algo de quien sea, algo en tu interior te esté mandando un mensaje desesperado para que trabajes sobre ello. Nada de lo que tenemos es regalado, el universo no deja nada al azar.
"Claro, pero no es justo! YO me paso el día trabajando, esa persona no trabaja y tiene una vida perfecta!!!". ¿Por qué juzgamos la vida de nadie? No sabemos por qué esos regalos están en el camino de esa persona ni cuánto ha tenido que trabajar para conseguirlo.
¿Por qué no enfocar la atención en disfrutar nuestro interior?
Dejar de mirar al jardín del vecino y ocuparnos de hacer florecer el nuestro, arrancando la maleza para poder arar y sembrar flores nuevas.
Podrías quedarte mirando el jardín de al lado, codiciando, acechando sus flores y sus frutos o puedes empezar a plantar, cuidar y nutrir el tuyo propio.
¿Qué crees que puede hacerte más feliz?
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