Para conseguir llegar a la meta de nuestro desarrollo personal debemos trabajar en dos lugares a la vez: en lo exterior o material, cambiando hábitos, formas de mirar la vida, rutinas; y en lo interior o intangible, renovando nuestras ideas, limpiando nuestras creencias, modelando nuevos sueños y esperanzas.
Pero para conseguirlo este trabajo tiene que ser conjunto, debe estar unido, no vale sólo con creer, también hay que hacer. Y no vale solo hacer, también hay que creer, creer de verdad, tener fe.
Quien quiera hacerte creer que "No hay que hacer nada" no está diciendo la verdad. Tienes que crear además de creer.
Plantar la semilla para el cambio implica coger la pala, cavar un agujero, depositar la semilla en la tierra, volver a echar la tierra. Un trabajo físico.
Alimentar, nutrir esa semilla, confiando en que germinará, enviándole todo nuestro amor. Un trabajo sutil.
Uno es tan necesario como el otro.
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