En la vida hay veces que nuestro camino se cruza con el de alguna persona oscura, cuando digo oscuridad quiero referirme a que sus palabras, actos y realidad que les rodea no se componen precisamente de amor. No es mi intención etiquetarles, busco algún apelativo que no tenga connotaciones negativas...si alguno de los lectores de este blog encuentra alguno más neutro, estaré encantada de adoptarlo.
"Por sus frutos los conocereis". Cuán cierto es.
La entrada de hoy es bastante personal, una reflexión que me gustaría compartir con vosotros.
He dado con una de esas personas oscuras, la relación que nos une (en presente por que aún no se ha cortado) es estrictamente profesional. Por teléfono y en menos de diez minutos me ha dejado con la energía por los suelos. Son personas que se nutren de los demás, sus sentimientos, palabras, formas de actuar son tan densas que son capaces de arrastrarte como cuando quitas el tapón de la bañera. Dejan un residuo pegajoso (visualmente como cuando se produce un escape de combustible en el mar, que deja todo negro, las aves envueltas en una pasta muy compacta...) pues eso pero dentro de tí. Imagínatelo.
Fallo mio.
En primer lugar no tenía que haber dejado que esa conversación sucediera de ese modo, tenía que haber emplazado a esa persona a relajarse, a cambiar el tono y la forma, para a partir de ahí tratar los temas de trabajo que teníamos pendientes.
En segundo lugar tenía que haber estado atenta para impedir que su "mala onda" entrara en mí.
A partir de aquí sí que tengo la convicción de que el universo y la justicia harán el resto. Sí hay que tener paciencia, a veces lo tiempo no son los que materialmente nos gustarían, eso sí son certeros colocan a cada persona en su lugar y le dan exactamente lo que ellos han dado al mundo.
"Por sus frutos los conocereis". Cuán cierto es.
La entrada de hoy es bastante personal, una reflexión que me gustaría compartir con vosotros.
He dado con una de esas personas oscuras, la relación que nos une (en presente por que aún no se ha cortado) es estrictamente profesional. Por teléfono y en menos de diez minutos me ha dejado con la energía por los suelos. Son personas que se nutren de los demás, sus sentimientos, palabras, formas de actuar son tan densas que son capaces de arrastrarte como cuando quitas el tapón de la bañera. Dejan un residuo pegajoso (visualmente como cuando se produce un escape de combustible en el mar, que deja todo negro, las aves envueltas en una pasta muy compacta...) pues eso pero dentro de tí. Imagínatelo.
Fallo mio.
En primer lugar no tenía que haber dejado que esa conversación sucediera de ese modo, tenía que haber emplazado a esa persona a relajarse, a cambiar el tono y la forma, para a partir de ahí tratar los temas de trabajo que teníamos pendientes.
En segundo lugar tenía que haber estado atenta para impedir que su "mala onda" entrara en mí.
A partir de aquí sí que tengo la convicción de que el universo y la justicia harán el resto. Sí hay que tener paciencia, a veces lo tiempo no son los que materialmente nos gustarían, eso sí son certeros colocan a cada persona en su lugar y le dan exactamente lo que ellos han dado al mundo.
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Om Ma Ni Pe Me Hung |
Querida amiga, se de lo que hablas, como seguramente muchos de los lectores del blog que también como tu y como yo se habarán visto en una situación parecida. Uno debe prepararse para una conversación asi, definir objetivos, prever las reacciones, limitar los temas, llevar a la otra persona al " camino de la positividad" y por ultimo tener claro que el resultado no es convencer sino que quede clara tu postura y tus intenciones. Escudadas en el teléfono, donde no se da la cara son más " fieros" que en persona. No se atreven a mirarte a los ojos cuando te hablan. En fin las hay, personas asi por el mundo, hy que aprender a convivir con ellas y a que no nos "quemen" nuestra energía positiva. Pero esta gente sufre aunque no lo sepan y no podemos dejar que nos afecte. Vivamos felices y no para ser felices.
ResponderEliminarMe encanta leer tu blog, cada dia más, en serio. Un fuerte abrazo