Ir al contenido principal

"El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho". Shakespeare

 

Había leído muchos artículos y algunos libros sobre cómo algunas emociones nos enferman, pero digamos que no había terminado mi "práctica" a este respecto. Definitivamente afirmo: hay emociones que nos enferman.

Inevitablemente, en ocasiones conjugadas con algunas circunstancias imposibles de manejar. Por esto es saludable que antes de zambullirnos en determinados mares (sobretodo si vamos a tirarnos de cabeza) nos paremos en la orilla para dejar que esas aguas nos acaricien los pies, testando el calibre de su pureza, la magnitud y la fuerza de la marea. Para después pasar a decidir conscientemente si queremos sumergirnos allí.

Haciendo el camino uno va soltando sus propios nudos, no siempre es compatible con el momento idóneo para desatar los ajenos, por ejemplo en situaciones no resueltas en el pasado. La conexión con uno mismo, con el corazón, se vuelve indispensable.

Puede que los juicios de los demás nos duelan de una forma tal que nos resquebraje el alma, dibujando una grieta desde el interior, en un seco crujido como el de un hielo que estalla.
Cuando nosotros mismos dejemos de hacer juicios sobre los demás, dejarán de importarnos los juicios de los demás, si nosotros no nos permitimos el atrevimiento de mirar el alma de nadie, de analizar sus vidas, entonces veremos que los análsis externos carecen de valor. De cualquier tipo de fuerza.

Es nuestro deber, nuestra responsabilidad observar. Meditar si de verdad eso importa en ese preciso momento. ¿Merece la pena dispersar tu energía, perder tu vitalidad por eso en ese momento?

Me presento desnuda, como soy, sin más. Pero no todo el mundo puede verme. A ti tampoco. Pero eso no importa si tú y yo vivimos en nosotros y no en ellos, con la certeza de saber qué somos.
Y precisamente por ser lo que somos habrá a quienes hagamos resonar trabajos muy arduos... (porsupuesto esto también sucede a la inversa).


Siempre habrá un mensaje para  nosotros ahí. De forma dulce y amorosa, como si Dios hubiera puesto una nota para nosotros "Cuidado. Toma buena nota".

Para tí una anotación para la otra persona un trabajo, quizá incluso un conflicto. No necesita que lo enfrentemos, sólo que lo bendigamos para que quien tenga que poner Luz lo haga.
No sucumbir a la emoción que nos arrastra a la tristeza, la soledad, el aislamiento... en resumen que nos enferma.



 
 " La cosa  más difícil es conocernos a nosotros mismos, la más fácil hablar mal de los demás".
Tales de Mileto

Comentarios

  1. Ojalá todos pudieran hacer esta lectura de los sucesos de nuestras vidas, Ruth! Los tuyos sienmpre son consejos sabios, pero conozco muchas personas que son incapaces de ponerlos en práctica. Si uno pudiera hacerselos ver, se sentiría más pleno. Esta página es siempre un intento, y te felicito por ello. Un abrazooooo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"La mariposa recordará siempre que fue  gusano" Mario Benedetti Una de las primeras trampas en las que podemos caer durante el proceso de evolución personal es en la de creernos en disposición de predicar,intentar ejemplificar,o dar consejos u opiniones trascendentales a los que nos rodean (y que generalmente nadie habrá pedido) . Creo que ninguno de los grandes Maestros siguió esa filosofía. En mi opinión esta actitud sólo denota que tu ego , la imagen que quieres proyectar al mundo de tí, te está jugando una mala pasada. Si te dejas llevar por ese impulso de evangelizar todo aquello que tocas seguramente terminen tachándote de pretencioso, pedante o en el peor de los casos de insoportable. Si necesitas que los demás te vean grande, quizá haya algo dentro de tí que se sienta pequeño .  Por mucho que hayas evolucionado a lo largo del camino, recuerda siempre que hubo un momento en el que estuviste en el punto de partida,  puedes haber recorrido un largo trecho o no t

"Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza."

Porque a veces es importante que reflexionemos sobre si nuestras decisiones son auténticas o están condicionadas, bien por algo externo, bien por nosotros mismos. Decidir desde el corazón, no desde la mente. Sin ruido, sin interferencias. A veces es difícil sumergirnos en nuestras profundidades, a veces los egos gritan demasiado fuerte, tan fuerte que parecemos incapaces de traspasarlos. Puede que ese sonido, esas voces desordenadas, llenas de rabia, furiosas, nos aturdan de tal forma que podamos perder la dirección en el camino. Puede que alguien nos haya dañado, alguien a quien amemos profundamente, con todo nuestro corazón, siendo plenamente conscientes del amor que sentimos por esta persona; y puede que después haya pasado esa situación de fractura, dolor, nos sintamos lejos, incapaces de abrirnos al reencuentro, aunque sea nuestro mayor anhelo. En principio parece una contradicción haber deseado el encuentro con todas nuestras ganas y una vez se brinda nos encontremos

"En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida." Federico García Lorca

El amor no ha de ser una cadena, el amor es libertad, no debemos permitir que nuestros afectos nos conviertan en esclavos. La desconfianza deforma el amor. El miedo deforma el amor. El rencor deforma el amor. No podemos empeñarnos en vivir nuestra vida al lado de alguien a quien no hemos perdonado algo, por mucho que lo hubiéramos amado o por mucho que en el fondo, lo amemos en el presente. No es sano. No es justo. Estoy segura de que el verdadero amor trasciende cualquier situación y deshace cualquier nudo , no obstante también tengo la certeza de que si el corazón está herido, su necesidad de auxilio ha de estar por encima de todo.  " Nadie puede amar sus cadenas, aunque sean de oro puro." I. Heywood No huyamos del proceso. Tomémonos nuestro tiempo para depurar los residuos de situaciones que nos han dañado, vivamos nuestros procesos de interiorización, lamiendo nuestras heridas sea cual sea su manifestación externa (lágrimas, distancia, ira, silencio…) y renazcamo