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"Puesto que soy imperfecto necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio". Gandhi

La entrada de hoy tiene mucho de mí.
A lo largo de mi vida me he cruzado con muchas personas a las que he amado. He de confesar que detrás de la apariencia de fortaleza e incluso fiereza en la que algunos se fijan hay un corazón enorme con una intensa sensibilidad. Así soy yo, más allá de lo que pueda ver u opinar nadie esta es mi Verdad.
Amo a las personas que me rodean, para mí ellas son las que perfilan los colores en mi mundo, unas con tonos pastel, otras con rojos intensos y algunas con tonalidades oscuras. Cuido de aceptar a todos tal y como son y me siento feliz al vivir y aprender junto y gracias a ellos. Si alguna vez dañe a alguna de estas personas, fue fruto del aprendizaje, nunca de la meditación de castigo.

"Cuando mejor es uno, tanto o más difícilmente llega a sospechar de la maldad de otros".
Cicerón

A veces, una de esas personas a las que amamos, nos da un buen golpe...nos deja hechos pedazos.
Escucha lo que otros dicen que eres, pero cree sólo lo que tu corazón sabe que eres. (Sobretodo si son opiniones que no has pedido.)

Hay quienes embrujan a los demás con palabras de sabiduría y conexión, quienes juzgan y sentencian, quienes vuelcan su densidad en otros responsabilizándolos de su falta de aptitud, de su escondida vacuidad. Condicionan el pensamiento de los demás, nos cierran puertas, desde el silencio, siempre a escondidas, como quien tiende una trampa.
Aquellos que callan, alimentan el rencor mientras fabrican dardos envenenados a oscuras, esperando el momento, su momento de gloria; ese momento en el que toda esa densidad será volcada en tí, haciéndoles sentir liberados, satisfechos, maestros.

Puede que por un lado te desborde la rabia y la tristeza, pero lo más importante, como dice la frase de Cicerón,es que quienes no tienen maldad dentro no pueden verla hasta que se les ha hechado encima. 
Hay quienes te endulzarán los dardos con las palabras "amor" y "desde el corazón", quienes hablarán de sacralidad desde lo más profano y algunos que te hablarán de orden saltándose las normas de oro...

Simplemente procura no ser uno de ellos. 


Aquí os dejo estas entradas, más antiguas, pero muy al hilo del tema.
  
A un gran  Corazón ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa.
 

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