"Tenemos que aprender a respetar la forma que nuestros seres queridos eligen para hacerse daño." Bego
Hay veces que alguien elige marcharse a una isla en medio del mar, una isla lejos de cualquier tierra que fuera hogar, dejando todo lo que formaba parte de su vida, de su familia, haciéndose creer a sí mismos que el terreno hostil que ahora habitan es el único que merecen, o el único al que pueden optar. Es como si un canto de sirena les hechizara arrastrándoles a islas desiertas de amor o paz. Islas de desvelos y cegueras, de inmovilidad y lágrimas.
De vez en cuando, las nubes, el viento, las olas no agitan la isla con su tempestad, y hay quien habiendo permanecido observando y anhelando llegar hasta el otro lado, sin dudar se sumerge en este océano en ese momento de calma, en ese instante de tregua; consigue llegar exhausto a la orilla de la isla, ante la mirada confundida del solitario naufrago que no cree que haya quien detrás de las imponentes olas, detrás del viento que castiga esté esperando el momento en que un rayo de luz asome e ilumine la vereda que lo lleve a esa playa.
Porque las islas no permiten la construcción de puentes. No es fácil llegar y no es fácil marcharse. Más si cuando te vas dejas allí a alguien que te importa. Alguien a quien amas.
Me he sorprendido a mí misma en las playas de muchas islas intentando construir puentes con piedras que tras un golpe de mar han acabado en el fondo del mar o rodando en la orilla. Me he encontrado a mi misma intentado arrastrar a estos naufragos que se revuelven y te agarran hundiendo tu cabeza bajo el agua, para finalmente soltarse y regresar a su playa...mientras la corriente te arrastra voraz, alejándote de su isla.
Nunca dejo de mirar a esa isla. Envío mensajes dentro de botellas de cristal. Envío mapas, hojas de ruta. Construí una balsa y la deje en su orilla, pero el naufrago que espero aún no la ha movido de la arena... Convencernos a nosotros mismos de que no podemos arrastrar a nuestros seres queridos sin su voluntad no es fácil, es amargo y duele. Mucho.
Aprender a acompañar sin presionar, sin arrastrar, sin manipular es un proceso complejo, arduo, pues implica que debemos tener fe, en que esa situación será el vehículo que llevará a ese naufrago a la mejor versión de si mismo, a curar sus heridas, a elevar su conciencia.
"La oscuridad no existe, lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos."
Henri Barbusse
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Disculpa, bajo el título de tu blog, la frase "Mira siempre el lado más brillante de la vida y, si no existe, entonces frota el oscuro hasta que brille.", sabes quién es el autor? Gracias.
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