Todavía hay quiénes no saben a dónde van, esos que caminan con los pies descalzos, despojados de todo aquello con lo que un día se identificaron.
Esos que son movidos por la percusión de su pecho, atraídos por una fuerza magnética, salvaje e irresistible a algún lugar que no conocen, del que no existen mapas; esos que tienen la certeza inexplicable de que existe tanta Verdad durante como en el fin del camino. Esos que reconocen la grandeza de todo, viviendo en el asombro y la gratitud plena.
Amo a esos que caminan con el pecho levantado, abierto y despliegan las alas de su corazón. Amo a todos esos Locos movidos por su corazón, pues son la expresión pura de la fe y el desapego.
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