Cada mañana cuando la puerta de casa se cierra tras nosotros, aceptamos incorporarnos a la dinámica de un mundo vertiginoso. En nuestro camino nos cruzamos con cientos de personas en las que nisiquiera nos fijamos, caminamos deprisa inmersos en planes, quehaceres... Igual que todos los que están a nuestro alrededor.
Nos convertimos así en un rebaño, una maraña de gente que compite por subirse antes al tren, por encontrar un sitio, por coger el periódico y que está dispuesta a arrollar a quien se ponga por delante para conseguirlo.
Casi sin darnos cuenta quedamos conectados a una red de pensamientos de grupo, y digo casi sin darnos cuenta por que es tan sutil como dejarnos llevar por los resoplidos y suspiros de los que nos acompañan en el vagón, miradas con preocupación al reloj...
Cuando somos capaces de situarnos en el plano de observador, puede verse tan nítido... Gestos de personas que se asemejan, la mayoría con las miradas ausentes, perdidas, abandonados la densidad de los pensamientos.
No vivimos en el AHORA, enfocamos nuestra vida en "Cuando llegue a...", " Cuando este en...", "Después tengo que..." . Pero y durante esos trayectos? Qué pasa con los intervalos entre estas cosas? No tiene sentido pensar en una meta a la que no lleve un camino.
Puede que si nos paramos a reflexionar descubramos que nos hemos acostumbrado a pasar demasiado tiempo desconectados de nosotros mismos, pensando en después, mañana, en algunos años...Abandonándonos al gris de las sociedades de negocios.
Suerte que siempre hay tiempo para volver a ver la vida en color. AHORA es el momento de abrir los ojos.
Bienvenid@ al lado bello de la vida.
Nos convertimos así en un rebaño, una maraña de gente que compite por subirse antes al tren, por encontrar un sitio, por coger el periódico y que está dispuesta a arrollar a quien se ponga por delante para conseguirlo.
Casi sin darnos cuenta quedamos conectados a una red de pensamientos de grupo, y digo casi sin darnos cuenta por que es tan sutil como dejarnos llevar por los resoplidos y suspiros de los que nos acompañan en el vagón, miradas con preocupación al reloj...
Cuando somos capaces de situarnos en el plano de observador, puede verse tan nítido... Gestos de personas que se asemejan, la mayoría con las miradas ausentes, perdidas, abandonados la densidad de los pensamientos.
No vivimos en el AHORA, enfocamos nuestra vida en "Cuando llegue a...", " Cuando este en...", "Después tengo que..." . Pero y durante esos trayectos? Qué pasa con los intervalos entre estas cosas? No tiene sentido pensar en una meta a la que no lleve un camino.
Puede que si nos paramos a reflexionar descubramos que nos hemos acostumbrado a pasar demasiado tiempo desconectados de nosotros mismos, pensando en después, mañana, en algunos años...Abandonándonos al gris de las sociedades de negocios.
Suerte que siempre hay tiempo para volver a ver la vida en color. AHORA es el momento de abrir los ojos.
Bienvenid@ al lado bello de la vida.
Comentarios
Publicar un comentario